Un pequeño paseo por el bosque [Privado Radamanthys +18]

El nuevo año en la academia se me hizo más fácil que el primero, pero todavía seguía con los nervios de no saber en que momento volvería a tener ganas de "alimentarme", aunque ahora sea capaz de controlarme más que antes. Después de dejar todo en mi nuevo apartamento, decidí dar un paseo por el bosque para relajarme, ya que no habría muchas o ninguna persona en él. Había varios caminos a escoger, así que decidí coger uno que llevaba más al interior, volviéndose un poco oscuro por las sombras de los altos árboles que bloqueaban la luz del Sol por el camino, aunque en parte lo agradecía ya que comenzaba a hacer bastante calor, y no me gustaba sudar mucho; algo irónico, teniendo en cuenta mi posición en este mundo.

Al caminar, doy pequeños pasos para poder observar con más detenimiento mi alrededor, observando la belleza del bosque y el cantar de los pájaros, los cuales parecen estar animados desde por la mañana. Cada cierto tiempo, podía oír como una corriente de agua, de algún riachuelo cercano, o un pequeño gruñido de algún animalillo del bosque, ya que no parecía muy feroz. Mi cabeza se despejó por completo gracias a la caminata, lo cual agradecía ya que desde el otro día no había parado ni a descansar un minuto, algo que necesito hacer hasta yo, aunque sea una vez cada dos días o a la semana.

Al haber caminado un buen trecho del camino, llego a un pequeño claro iluminado gracias a un pequeño hueco, entre las ramas de los árboles, por el que entra la luz del Sol. El ambiente se siente bastante agradable y me siento en el suelo, apoyando mi espalda contra el tronco de un árbol, bajo la luz del Sol.

-Que agradable se siente... -pensé en voz alta mientras cerraba los ojos y me comenzaba a relajar lentamente hasta quedarme dormido.

Habiendo tenido muchas experiencias en esta nueva ciudad, Rada se encontraba caminando sin ningún rumbo. Era uno de esos días donde no tenía mucho que hacer. Las clases diurnas eran contadas aun, ya que no era profesor titular de ninguna clase, su establecimiento en el lugar recién empezaba y se encontraba aun adaptándose a un horario tan lleno de horas libres.
Desgraciadamente el rubio aún no se acostumbraba a aquellos huecos, después de todo, habiendo vivido tantos años de un lado a otro, corriendo entre estudios, cambiándose de ropa, siendo el objetivo de miles de lentes y quien sabe cuántos flashes de cámara.

—Genial….creo que debí pensármelo mejor antes de meterme en estos embrollos del profesorado por mero capricho…— Camino con sus manos en los bolsillos. Si bien su forma de vestir a su gusto era muy diferente a como se veía en clases, el protocolo de la institución le obligaba a vestirse de forma más…formal.
Ese día traía una camisa blanca, con corbata aflojada, ya le había molestado un poco, los dos primeros botones de la camisa sin abrochar, un pantalón color café y zapatos negros, a juego con el cinturón y la corbata. El saco lo había dejado en la sala de profesores, en el respaldo de su silla.
Si bien no era un día muy común para dar clases, debía estar presente unas cuantas horas hasta que le tocara ir a las instalaciones subterráneas, ahí le mostrarían su salón de clases especiales.

—como demonios llegue aquí?— Se preguntó Rada cuando miro donde estaba. Era un claro de bosque y caminando más en él se topó con una figura que yacía dormida en el lugar. —me pregunto si será como en el cuento— sonrió de medio lado mirando al chico.
Haciendo el menos ruido posible se acercó a él y estando ya de pie a su lado se inclinó hacia el frente mirándole. Viéndole de cerca el mocoso era bien parecido ciertamente.

—Comprobemos mi teoría…— Dijo para ponerse de rodillas y acercar su rostro al del chico, dándole un beso suave en los labios esperando a que se despertase.

La suave y refrescante brisa junto a la leve luz del Sol que iluminaba aquél lugar hacían de este un lugar ideal para descansar y dormir, algo que hice sin ningún problema, a pesar de tener que hacerlo apoyado junto a un árbol, pero aún así no fue del todo incómodo.

Me sentía completamente relajado, sin nada de lo que preocuparme. Aquella sensación, mientras duraba, parecía haber estado ahí desde hace mucho tiempo, pero al notar algo haciendo contacto con mis labios, el tiempo se volvió muy corto en apenas un segundo, haciéndome abrir los ojos sorprendido. Mayor fue mi sorpresa al encontrar tan cerca el rostro de hombre, más mayor que yo, y ver de cerca sus ojos de color ámbar, con un brillo salvaje en ellos que, aunque me hacía tener la carne de gallina por el miedo, me excitaban un poco, sonrojándome levemente sin apartar la mirada.

-¿Debería gritar de miedo o sentirme contento de que me encontraras? -le pregunté con una sonrisa provocativa, algo que hacía sin pensar, sin moverme del sitio y sin quitarle la vista de encima, pasando de mirar a sus ojos a su rubio cabello alborotado y parte de su pecho que se veía al no tener dos de los botones de la camisa abrochados.

Al fijarme en su pecho, noté una fuerte sensación, de un segundo apenas, que me hizo darme cuenta de que volvía a tener "hambre", sin embargo todavía podía aguantarme, solo que tenía que ser rápido si no quería comenzar el nuevo curso con la ayuda de aquél que, aunque era realmente seductor, no tenía ninguna otra razón para hacer algo con él.

-¿Necesita que le ayude con algo? Aunque en realidad no creo que pueda hacer mucho. -solté una pequeña risa, volviendo de nuevo mi mirada a la suya, quedándome completamente quieto y en silencio.

Le miro abrir esos ojos y sonrió separando sus labios de los del chico. Después de eso un silencio invadió el lugar, solo roto por la suave brisa del viento que recorrió el lugar meciéndose entre los cabellos de ambos, jugando con los mechones de ambos.
Al escuchar su voz, Rada simplemente sonrió de lado con picardía
– Gritar de miedo?– Soltó una carcajada divertida –Bueno, no sabía que daba tanto miedo – Se sentó a un lado de él mirándole mientras se sacaba por completo el nudo de la corbata y dejaba está colgando de su cuello y se desabotonaba otro botón de su camisa, realmente no era tanto que le incomodara aquella ropa, simplemente las corbatas nunca habían sido su fuerte.
– Creo que eso es decisión tuya azulito– sonrió refiriéndose a su color de cabello, pues no sabía quién mierdas era el chico. – Tú decides si gritar o agradecer–

Se estiro un poco para recostarse en el pasto por completo mientras escuchaba la otra interrogante del chico. Sus manos le sirvieron como almohada llevándolas hacia atrás de el mientras movía sus orbes hacia el menor mirándole de reojo mientras pensaba aquella otra interrogante, la cual respondió casi de inmediato.
–Ayuda? No, simplemente daba un paseo, soy Nuevo en la ciudad, así que aún no me acostumbro a ella del todo, debo hacer muchas cosas mientras espero a que me asignen en mi trabajo como se debe. Supongo que gracias por preguntar. Realmente pensé que el que necesitaba ayuda eras tú – añadió para mirarle con una sonrisa ladina y coqueta poniéndose de costado mirando al chico, apoyando su cabeza en la palma de su mano, la cual estaba siendo apoyada por el codo del blondo sobre el césped.

– Te vi durmiendo y me hiciste recordar un cuento de hadas….La bella durmiente del bosque, solo que en lugar de una rubia, me encontré con un exquisito y apuesto chico peli azul, que tiene todo para que esa princesa le envidie, así que pensé que si no te despertaba con un beso, sería un desperdicio del ambiente– sonrió de lado mirándole a los ojos y relamiéndose los labios – Además no he de negar que me ha gustado, tienes un sabor bastante exquisito.– rio divertido para volverse a recostar en el suelo mirando el firmamento mientras aquel árbol le servía de sombrilla. La naturaleza era lo que más le gustaba a Rada en cuanto a todo lo que le rodeaba en su vida.

– Te ha molestado que lo hiciera?– dijo algo altivo mientras seguía mirando el cielo, arranco una ramita del paso y se la llevo a la boca mientras cerraba los ojos –Porque si fue así, no pienso disculparme, lo he disfrutado y lo haría otra vez si me da la gana, digo, no había probado labios tan suaves y deliciosos en mi vida – añadió. No mentía, ciertamente lo haría de nuevo si le daba la gana, Radamanthys no era de los que pedían permiso o de esos chicos u hombres educados que se limitaban a obtener la aprobación de otros para besar, abrazar o hacer algo, eso le parecía una soberana mierda y pérdida de tiempo, el a lo que iba, si alguien le gustaba se lo decía directamente y anunciaba sus intenciones de forma descarada y sin pudor en muchas ocasiones.

– No te mentiré– sonrió de forma satisfactoria con aquella ramita en sus labios – Hueles demasiado rico y desprendes un aura bastante inusual, nunca había sentido algo así provenir de ninguna persona, y no niego que me nace sacarte la ropa aquí mismo y explorar cada rincón de tu piel– abrió los ojos con sus orbes apuntando al peli azul de forma penetrante y con esa sonrisa en su rostro –Pero ciertamente, aunque disfruto de alguien que se resista, contigo es diferente, tengo deseos de hacerlo – se encogió de hombros – pero no de esa manera.–

De repente cayo en cuenta que no se había presentado, ni sabía quién demonios era ese muchacho tan apuesto.
– Por cierto, soy Radamanthys, y tu mi exquisito joven durmiente del bosque, tienes nombre?– pregunto juguetón mientras seguía mirándole, pero esta vez girando su rostro al contrario.

Mientras aquél hombre respondía a mis preguntas y se recostaba en el suelo, yo me mantuve quieto, pero moviéndome un poco al estar mucho rato en la misma postura, lo cual comenzó a molestarme un poco. La sonrisa que me mostraba se hacía más provocativa cuanto más tiempo sonreía, lo cual hacía que mis instintos de Súcubo comenzaran a aumentar poco a poco, pero al llevarme la mano al cuello, como si fuera a rascarme, usé parte de mi poder para mantener mi líbido lo más bajo posible, sin usar demasiada energía para no cansarme de repente.

Cuando me cuenta la historia de la Bella Durmiente yo aparto la mirada, sonrojado, y hago oídos sordos a lo de que de la princesa me tendría que envidiar por mi belleza, aunque yo no me viera atractivo.

-Yo tampoco negaré que he disfrutado un poco ese beso. -sonrío, volviendo la mirada hacia él. Y, además de haberlo disfrutado, podría haber admitido que había sido el mejor beso que me habían dado hasta ahora, ya que desde que comencé mi entrenamiento todos habían sido de lo más asquerosos y repulsivos, revolviendo mi boca por completa como si quisieran meterme la lengua por la garganta. Aunque era vergonzoso que me besara por ese simple cuento, tenía que decir que ese beso fue el más "géntil".

Al decir que deseaba arrancarme la ropa y explorar mi cuerpo, no pude evitar reír en voz baja, un breve momento, ya que esas cosas eran lo que decían siempre mis clientes, y no podía culparles a ellos de querer hacerlo, ya que todo es obra de mi sangre de Súcubo, algo que odiaré y, al mismo tiempo, querré el resto de mi vida.

-Si fueras a hacerlo, tan solo te diré que no serías el primero, ni mucho menos el último... -comenté de forma sarcástica, aunque después de decirlo no me sonara realmente gracioso lo que dije. -Es un placer, Radamanthys. Yo soy Law, Trafalgar Law. -mi sonrisa se ensancha y, por la emoción, siento que mi "hambre" vuelve a crecer más, por lo que mantengo mi mano izquierda sobre mi pierna para poder neutralizarlo antes de que me fuera imposible y saltara sobre Radamanthys.

-Tengo una pregunta: ¿Acaso eres un profesor de la academia? -al ir quitando varios puntos, pude ver que era mayor para ser un alumno, y su forma de actuar no se parecía en nada a los que no conocen la otra cara de la academia, por lo que supuse que él será uno de los profesores de este nuevo año.

— Un placer Lawy— dijo el rubio al oír el nombre del chico. — Así que no sería el primero en caer ante tus encantos verdad? Por esa pregunta que me acabas de hacer y esos comentarios tan directos supongo que eres de los famosos estudiantes “especiales” de la academia verdad?— Dije sin más, como si eso fuese natural, de un modo que no sonaba ni provechoso de esa situación, menospreciante ni intrigado o sorprendido, realmente eso me venía importando poco.

— Pues sí, entre apenas este siclo escolar, la verdad no me sorprendió mucho enterarme de cómo se maneja ese lugar. Como podrás ver  Rada senei es algo así como el nuevo en el pueblo— Se encogió de hombros para reincorporarse y sentarse, recargándose en el tronco de aquel árbol. — Tengo dos asignaturas: Práctica y teoría BDSM durante las noches e historia del arte el resto del día — dije como si aquellas materias fuesen de lo más natural del mundo, al menos la primera, realmente era que no le daba mucha importancia al entrenamiento, si bien gozaba de lo que tenía que ver con el sadismo en sí, no era de los que ocasionaban dolor a cualquiera que se me pusiera en frente, al menos era de aquellos que solían complacer a su pareja y al mismo tiempo disfrutar de todas y cada una de las diferentes maneras del sexo habidas y por haber.

—Si eso te molesta, no es de mi incumbencia Lawy, pero eso no significa que ande por ahí queriendo hacer lo que se me venga en gana abusando de mi posición de maestro, eso puedo hacerlo donde quiera sin necesidad de mencionar mi puesto de trabajo— Se encogió de hombros. El blondo estaba acostumbrado a siempre hacer lo que quisiera, no por ser importante, bueno, después de todo era uno de los más reconocidos modelos del mundo, peleado por marcas de tanto renombre como por marcas que deseaban subir en el mercado de forma rápida usando la imagen del uniceja. —La verdad aun no me presentan como titular de la materia, pero que se le va a hacer, no tengo mucha prisa por empezar ninguna de las dos clases si te soy sincero.—  

Había notado como el otro se había tocado el cuello, si bien podía percibir que el chico no era del todo humano debido a ser una deidad, no era de los que le daba importancia a ese tipo de cosas. Se puso de pie y camino hasta quedar a un lado del chico. —Muévete— dijo en tono seco, y casi empujándolo sin darle mucho tiempo de que se moviera se metió entre el tronco y el chico, abriendo las piernas y sentándose en el suelo. —Si tienes torticolis te molestara todo el puñetero día, créeme, la he sufrido en más de una ocasión a causa de mi anterior empleo, así que permíteme— los pies del chico estaban lado a lado de las caderas del otro, por lo cual las elevo, apoyando sus plantas en el suelo, quedando con las rodillas elevadas. Tomo las manos del chico y las hizo descansar en el hueco que se hacía entre su muslo y su vientre, se podía notar al tacto su trabajado cuerpo, más que nada porque aunque dejo de ejercer la profesión como trabajo principal, le gustaba bastante mantenerse en forma, además de que eso le distraía. —Puede que te duela al principio Lawy, pero me lo agradecerás—

Sus manos se apoyaron en los hombros del chico y empezó a darle suaves apretones, iniciando un masaje en sus hombros , lentamente sus dedos presionaban la piel de su cuello para empezar a aflojarle los músculos. Era extraño, no tenía tanta tensión ni estrés muscular como había aparentado, pero dejo eso de lado y continúo dándole el masaje. —Y tu Lawy? — dijo mientras seguía dándole ese masaje en su cuello y hombros —se puede saber qué cosa estudias en esa escuela?—

Lawy... Ese apodo que acaba de ponerme parecía más bien el de una mascota, aunque de todos los "apodos" que había tenido ese era el menos humillante, así que me mantuve en silencio.

-No diría que soy especial; tan solo soy diferente a otros. -respondo apartando la mirada pero mirándole de reojo al mismo tiempo. -BDSM... No es que me desagrade, pero no lo escogería como una de mis asignaturas favoritas si tuviera que hacerlo. -aunque había hecho más de una vez algo de eso con alguno de mis clientes, ese era el más incómodo para mí, sobre todo en el que tuve que comportarme como si fuese un perro, algo que nunca podré olvidar, junto a la humillación que sentía, aunque fuera leve.

-A mi tampoco es que importe si abuse o no de su posición, ya que es su decisión el hacerlo o no. -cuando Radamanthys se me acercó y colocó detrás mía, noté que mi cuerpo comenzaba a calentarse un poco debido al contacto físico que había hecho y, por empeorar aún más la situación, comenzó a crecer un pequeño bulto en mi entrepierna, por lo que coloco disimuladamente mis manos sobre esa parte, para intentar taparla de alguna manera.

-No tenías porque molestarte... -protesto un poco, en voz baja, mientras me vuelvo a sonrojar. -...pero gracias. -al agradecerle por su amabilidad, coloqué la mirada al frente, evitando que viese mi cara roja, sin embargo, tenía que parar aquello lo más rápido posible si no quería cometer estropear aquel "bonito" momento.

-Pues, aparte de las materias normales que se dan en la escuela, doy todo lo que necesito para mi "trabajo", aunque no es que haya aprendido muchas cosas nuevas en este año que llevo, y dudo mucho que lo vaya a hacer en los que vienen. -relajo la voz para que no se me note nervioso e intento tranquilizar mi mente.

-¿Y por qué decidió ser profesor de BSDM? Dando estos masajes, no parece ser del tipo de personas que disfrute del dolor. -sonreí un poco al imaginarme algo así, aunque seguidamente lo aparté de mi cabeza para evitar emocionarme más de lo que estaba.

Escucho sus interrogantes mientras seguía dándole ese masaje terapéutico sin ninguna razón en sí. Si bien el chico no tenía estrés acumulado, le pareció buena idea seguirlo y ayudarle a relajarse un poco más. Rada tenía los ojos cerramos mientras le escuchaba y continuaba con lo suyo.
—Pues porque los idiotas que daban la clase pensaban que los alumnos gozarían de torturas y violaciones… — menciono con algo de desagrado, ciertamente gozaba de causar dolor mas no de ocasionarlo a quien no lo disfrutara, si bien podía ser un gran hijo de puta, Radamanthys era consciente de que en el sexo había dos lados y ambos debían disfrutarlo al máximo, al menos siempre había procurado eso aun en sus acostones de una noche. — Y si, no es que me agrade tanto recibirlo, pero me gusta complacer, eso es algo que muchos de los idiotas que se hacen pasar por maestros solo para satisfacer sus bajos instintos no entienden…—

Continuaba con su masaje y de repente le jalo hacia él, para que se apoyara en su pecho
—Relájate quieres? Déjate llevar por el masaje, descuida, no soy tan hijo de puta como parezco, solo en ocasiones claro— soltó una risa burlona mientras seguía con aquel masaje, que ahora se deslizaba a los brazos del joven.
—Lo que note y por lo que decidí tomar esa materia, fue porque se les olvida dar la ética de la materia— rio de repente burlesco, si…el desgraciado gamberro de Radamanthys hablando de ética…quien lo diría, pero era más que nada porque el sexo para él era algo serio y que gozaba como nadie. —Digo, ya que muchos de los estudiantes tendrán que soportar las estupideces y caprichos de cerdos que solo se preocupan por su placer, de menos la enseñanza deseo que la disfruten…aunque claro, eso sería algo que puede salirse de control una que otra vez—

Sus labios se posaron sobre el oído de Law y le susurro a él en voz tenue y algo seductora —no dejo de ser mortal y me emociono a veces…pero no dejo de ser un maestro, aunque hay frutas prohibidas que me llaman más la atención…como por ejemplo….la deliciosa manzana del pecado que tengo entre mis brazos— sonrió para separarse del chico.
Radamanthys era directo cuando alguien le gustaba y ciertamente Law había sido visualmente de su agrado. Se notaba que era un chico de esos que no solo saben dar buen sexo, también un buen rato de compañía, que a veces era tan estimulante como el mismo placer de tener a alguien gimiendo y pidiendo más de lo que el blondo sabia dar.

—Además, que puedo decir— de repente se encogió de hombros mientras seguía con lo suyo ya casi para terminar aquel masaje relajante —soy un gran hijo de puta…no me extrañaría que mis alumnos, tanto los normales como los especiales terminen detestando mi clase— rio de forma burlesca y divertida, pero estaba siendo sincero, se tomaba su trabajo muy en serio, si bien fuera del aula podía ser como lo era siempre se tomaba en serio su trabajo, después de todo, el haber sido modelo de grandes y prestigiosas marcas internacionales le obligo a volverse responsable.

—Pero háblame un poco de tu Lawy— dijo para deslizar sus manos hacia las ajenas y tomarlas y empezar a presionar sus palmas con su dedo pulgar, tenía que terminar con las manos para darle fin al masaje —que carrera estudias, que quieres hacer en el futuro?—

-No lo hace nada mal. Ojalá no fuera así... -pensé para mis adentros, intentando no perderme en la conversación para continuar controlando mi líbido, pero cuanto más seguía con el masaje más difícil me era controlarme, y poco quedaba ya para dejarme llevar por la lujuria y recuperar el conocimiento horas después. Lo peor de todo es que, en algunas ocasiones, me dejé llevar demasiado tiempo, provocando que algunos de mis clientes llegaran a deshidratarse e incluso a quedar en coma, pero era lo que tenía ser un Absolute: ser entrenado para tener una resistencia que me permitiera satisfacer al cliente hasta más de un día sin parar, algo que incluso ahora me parece algo imposible, pero recordando las pocas veces que estuve, como máximo un día, ya deja de parecerme tan imposible.

-Mmm, si que he oído casos como esos: personas que se hacen pasar por profesores con tal de colarse en nuestras clases y poder satisfacerse, aunque ninguno consigue su objetivo, ya que al final los pillan a todos. Aún así, lo siguen intentando... -me río al imaginarme cantidad de profesores falsos llevados arrastras por guardias de la academia llorando de pena por no conseguir su objetivo.

Cuando Radamanthys se me acercó al oído, mi corazón se agitó un poco y noté como mi cuerpo comenzaba a calentarse un poco, aumentando un poco más el bulto entre mi entrepierna, por lo que alejo las manos y levanto un poco las piernas, sin molestarme en disimular a estas alturas, para que el bulto no se notara mucho.

-Me siento halagado de que me consideres una fruta prohibida, ya que es lo más bonito que me han dicho en toda mi vida. -con tal de hacerle competencia, sonrío de forma seductora al mismo tiempo que miro de reojo a Radamanthys, volviéndome nuevamente hacia adelante, intentando no pensar en cosas que pudieran excitarme más de lo que estaba en ese momento.

En el momento que toca mis manos, no puedo evitar ponerme un poco nervioso pensando que podría terminar llegando a "la zona de peligro", donde tendría que explicar el pequeño "bulto". Lo peor es que, después de haber estado con hombres de todo tipo, no podía preguntarse a qué venían esos nervios por un simple toque, aunque al pensar que Radamanthys era una de las primeras personas con las que me encuentro a gusto, sin tener que relacionarlo a través del sexo, me obliga a pensar que quizá sería por tener algo parecido a "un amigo", aunque tampoco me importase pasar directamente al primer acto y pasar el resto de la tarde "divirtiéndome".

-¿Qué quiero hacer... -me quedé pensativo, ya que eso no se me había ocurrido nunca porque desde pequeño había sido educado con la intención de ser un "juguete sexual", por lo que nunca me dejaron opinar en mi futuro y, por eso, nunca me molesté en hacerlo. -Pues no sabría que decir, pero lo más seguro es que continúe con mi pequeño "mundo" hasta que deje de servir, ya que no me han enseñado otra cosa desde pequeño. -noté que mi voz se agitó un poco e intenté tranquilizarme, ya que solo me faltaba ponerme triste o, incluso, ponerme a llorar a estas alturas, donde ya hice de todo.

El rubio noto ya aquel bulto en su entrepierna, pero no dijo nada. Termino de dar ese masaje para tomarle por la cintura y de esta forma darle un abrazo impidiéndole escapar. Ciertamente se había quedado demasiado a gusto. —Si te molesta que te abrace házmelo saber Lawy— dijo para recargar su cabeza en el tronco. Ciertamente estaba muy cómodo —pues si quieres te puedo enseñar lo que desees, no tengo mucho conocimiento en muchas áreas, pero se tocar varios instrumentos o inclusive puedo enseñarte a hacer arreglos florales, se me dan muy bien esas cosas— dijo para soltarle solo con una mano y tomar una hoja de árbol del suelo y posarla sobre sus labios, entonando una melodía improvisada con ella.

Termino de entonar esa melodía soltó la hoja para seguir abrazándole. —por cierto, pude notar que…— embozo una sonrisa pícara y le susurró al oído —tienes algo despierto entre tus piernas— dijo sin tapujos para morderle suavemente la oreja de forma juguetona —acaso es culpa mía?—pregunto juguetón para soltar la oreja del chico y mirarle de reojo mientras seguía abrazándole.

Le parecía interesante que el tacto tan leve que había tenido con el menor le provocara eso, definitivamente era un chico con un libido muy grande, eso respondía una duda, humano no era del todo, al menos su aura y su libido eso le habían anunciado, pero no les había prestado mucha atención, hasta ahora. —La verdad no me molestaría ayudarte con eso, pero solo si tú lo deseas, no quiero que Lawy se sienta incomodo o no lo disfrute—

El blondo cerró los ojos suavemente y se volvió a recargar en el tronco del árbol, mientras seguía abrazando a aquel chico. La suave brisa volvió a soplar y mecer los cabellos de ambos, el susurro del viento se escuchaba como murmullos secreteando a los arboles palabras que solo ellos podían entender. Ciertamente el día estaba bastante tranquilo y eso a Rada le provocaba sueño en ocasiones, en este caso en particular, simplemente disfrutaba de la compañía.

—Si deseas aprender algo…fuera de tu “mundo” para mi sería un placer enseñarte, inclusive, cosas que se refieren a tu mundo y que nadie te ha hecho ver, sentir o siquiera saber que existen— aun con sus cerrados —solo es cuestión de que me pidas lo que quieres y si esta en mí, te enseñare Lawy— en este último comentario le acaricio la coronilla de la cabeza despeinándole de forma juguetona.

No dejaba de notar como la temperatura de mi cuerpo subía y subía, llegando un momento en el que me quedo completamente sorprendido cuando Radamanthys me abraza por la cintura. El bulto comienza a sentirse molesto y mi cara se pone completamente roja, aunque mi sonrisa sigue normal, pero viéndose un poco lasciva. Ya me sería imposible controlar el líbido a estas alturas.
-No pienso quejarme, se siente bien que te abracen así. -sonreí mientras me dejaba caer lentamente hasta que mi espalda tocaba el pecho del otro, haciéndome sentir calorcito en ella. Cuando Radamanthys comienza a "tocar" aquella hoja me sorprendo pero me mantengo en silencio escuchando atentamente la melodía, la cual sonó genial.

Al morderme la oreja, mi cuerpo sigue aumentando su nivel de excitación, lo que me obliga a moverme un poco para disminuír la molestia de mi entrepierna.
-Podría decirse que es tanto culpa tuya como mía, aunque ambos no podemos evitar hacer este tipo de cosas, ¿no? -sonrío de lado, de la misma forma que él me miraba a mi. -Podría decirse que tu eres el que lleva las riendas ahora mismo, así que te dejaré decidir a ti si quieres seguir o no, aunque no te puedo prometer que yo no vaya a hacer nada si seguimos así. -mi sonrisa se ensancha al mismo tiempo que hecho una pequeña carcajada.

La suave brisa del aire me refresca un poco, ya que me sentía como si estuviera en una playa en un día soleado de verano: completamente acalorado. Además, notaba como empezaba a sudar un poco y que comenzaba a notar bastante húmeda la parte de abajo, a parte que no parecía querer disminuir en mucho tiempo.

-Que raro es esto de querer y odiar al mismo tiempo... -pensé con sarcasmo mientras respiraba un poco entrecortado, pero todavía manteniendome bajo control, aunque eso no duraría mucho. Cuando Radamanthys se ofrece a mostrarme cosas tanto dentro como fuera de mi mundo, imaginándome gran variedad de cosas por la curiosidad que me daba eso. Me vuelvo hacia Radamanthys, sin dejar que me suelte, y me quedo frente a frente a él, mirándolo fijamente a los ojos.
-Para mí sería todo un placer ver todo lo que quieras enseñarme, sin importar el dónde y el cuando... -mientras le contestaba, mi rostro se iba acercando al suyo, al igual que mi cuerpo se iba acercando al de Ramadanthys lentamente. -como si quieres empezar ahora, si quieres.

Al escuchar esas palabras del chico, el rubio simplemente sonrió y le beso en los labios mientras una de sus manos se posaba en su espalda y la otra en su nuca para besarlo.
Ciertamente el peli azul sabía bien cómo lograr que Radamanthys no se pensara las cosas dos veces, y eso que no era de ese tipo, ya que él era más de ¨si quieres algo, tómalo¨.
Se separó lentamente de los labios ajenos para mirarle y meter ambas manos a su espalda acariciándola.
—Y bien Lawy…será libre lección del profesor a su alumno, o hay algún tema que te gustaría en especial aprender_— pregunto en tono pícaro mientras empezaba a besar su cuello de forma suave. Sintiéndose embriagado por aquel aroma sus manos bajaron a las sentaderas ajenas y las presionaron un poco —porque en lo personal, disfruto mucho del libre aprendizaje—.

Le apretó más a su cuerpo mientras sus manos se metían en sus prendas acariciándole la espalda y los costados directamente mientras continuaba besando su cuello y sin poderlo evitar le dio una mordida suave en este, justo donde se unía con su hombro mirándole de reojo. Su cuerpo lentamente empezaba a reaccionar con aquella cercanía ya más lujuriosa que antes. Ciertamente lo que más deseaba era poseerlo, pero no sería tan hijo de puta esta vez, le haría gozar si eso pasaba, gozar de experiencias desconocidas para el menor.

—Y dime…—dijo mientras lamia un poco su cuello —Como deseas ser complacido mi hermoso Lawy?— sonrió picaron —o me permitirás tratarte del modo que más me apetezca?— dijo para volverme a besa de forma más candente, introduciendo suavemente su lengua en la boca ajena y juguetear un poco con la contraria.
Si, aquel tacto era simplemente extasiaste. El blondo deseaba sentir al otro chico, pero tal vez sería bueno que Lawy le sintiera a él, por lo cual llevo su mano a la entrepierna del menor y sonrió pícaro separándose de él mientras acariciaba aquel gran bulto entre sus piernas
Frotando su palma con el bulto ajeno de forma persistente pero suave —Y dime, dentro de tu mundo…alguna vez…— se acercó a su oído para susurrarle —alguna vez alguien te ha hecho un oral?—

Su pregunta sonó muy sugerente, esperando la respuesta, pero a sabiendas que fuese cual fuese de cualquier manera él le haría uno ya que poco a poco su mano intensificaba aquel frote mientras sus orbes se fijaban en los ajenos embozando una sonrisa picarona mostrando uno de sus colmillos, si bien su dentadura era la de un humano, se definía por que sus caninos parecían colmillos definidos.


—me muero por saber que tantas ansias de aprender puedes demostrar Lawy— se relamió los labios para seguir con aquello mientras sus orbes seguían fijos en los ajenos.

Definitivamente, ya era imposible detenerse. Al juntar mis labios con Radamanthys, al igual que mi lengua con la suya, ya notaba como comenzaba a perder el control de mi misma, moviendo bastante la lengua mientras me movía lentamente, colocando mis brazos detrás de su cabeza, ya que me sentía como si fuera a caer por tan alta excitación, algo que no había sentido nunca. Al separar nuestros labios, no puedo evitar sentirme cortado, ya que fue como comenzar a enrollarnos y, de repente, parar porque sí, sin embargo no dije nada y mantuve mi mirada en la de Radamanthys, mientras restregaba un poco más mi bulto contra la entrepierna del otro, esperando que el otro comenzara a excitarse más y poder dar inicio a lo importante.
-Aunque se me ocurren unas cuantas buenas ideas... -decía entrecortadamente mientras sentía los labios del otro mientras besaba mi cuello y me presionaba el culo hacia él. -...me gustaría ver de que es capaz mi profesor preferido. -comencé a desabrochar poco a poco los botones de la camisa de Rada, dejando al descubierto su pecho, el cual se veía realmente apetitoso.

En cuanto Rada me muerde el cuello, noto que ya estoy llegando rápidamente al climax, algo que nunca me había pasado antes porque siempre había tardado como media hora en excitarme de verdad con mis clientes, o como mínimo un cuarto de hora alguna vez en la que el cliente ya era experimentado.
-Tú tienes el mando, así que tu decides que hacer conmigo. Aunque te aseguro, que sea lo que sea, no quedarás insatisfecho. -mire fijamente a Rada con una sonrisa antes de volver a besarnos, esta vez de forma más apasionada, jugueteando cada uno con la lengua del otro, notando la respiración del otro mientras saboreaba su saliva, haciendo que mi cuerpo se calentara como una fogata a la que no paran de echar leña para aumentar las llamas.

Sin dejar de besarle, noté como su mano llegaba a mi entrepierna, lo cual me hizo sonreír y, al mismo tiempo, llevar mi mano a su entrepierna, acariciándola para ver, de paso, como es el "arma" del profesor, quedándome un poco sorprendido aunque prefería no imaginar nada hasta verla con mis propios ojos, algo que pasará pronto. Cuando Rada me pregunta lo del oral, yo me detengo y le miro frente a frente, sin dejar de palpar y acariciar sus partes.
-Sí, más de una vez. ¿Y usted, profesor? Porque, aún si no es la primera vez, puede que sea la que más recuerde. -le contesté con una sonrisa pícara y me fijé en el colmillo que se le salía del interior de la boca, el cual se veía más acolmillado que el de un humano normal. Aunque debería extrañarme, lo normal para mí es excitarme aún más, ya que lo que más adoro del sexo es hacerlo de la forma más salvaje y esporádica que sea capaz de hacer.
-No creo que sea capaz de decirlo con palabras, así que déjeme demostrárselo... -lentamente, me acerqué a su rostro y lo besé varias veces antes de comenzar a bajar, besando su rostro, su cuello, su pecho, su ombligo... hasta llegar a sus pantalones, donde abro el cinturón y, seguidamente, el pantalón, de forma que consigo ver su ropa interior, con la que empiezo a jugar lamiéndola por todas partes, de arriba abajo e incluso chupando algunas partes. Al ver que el bulto crecía, bajé un poco la ropa interior para encontrarme frente a mí un gran miembro que se ve pocas veces.
-Por algo es usted profesor... -me río de forma divertida antes de acercar mi lengua y comenzar a lamer su pene, comenzando por la punta y luego por el tronco, bajando y subiendo lentamente hasta que comienzo a chuparla profundamente, metiendo gran parte en mi boca donde la sigo lamiendo dando círculos a su alrededor, sin dejar de lado la punta, la cual cuido más cariñosamente. Mientras se la chupo, cojo sus huevos y juego con ellos, lamiéndolos en algunas ocasiones para que el final sea más "grande".
-¿Se siente bien? -le pregunto después de sacar su miembro de mi boca y seguir tocándolo con mi mano izquierda, sin apartarlo de mi lado mientras sonrío.

El chico tomo su rol muy en serio. De repente sintió como aquel húmedo musculo acariciaba con tanta insistencia su miembro. Lo único que opto por hacer fue sonreír de lado de forma picara y acariciar con suma delicadeza los cabellos ajenos.
—oh, lo haces bastante bien Lawy….ciertamente no es la primera vez que me hacen esto pero definitivamente esto lo recordare más— Se relamió los labios mientras sentía como aquellas caricias empezaban a poner su miembro más y más duro, haciéndolo crecer.

Tomo de la nuca al chico y de la forma más amable que pudo, unos cuantos gemidos leves salieron de su boca mientras empujaba la cabeza del chico hacia abajo para que se metiera ese gran miembro suyo en la boca. Cerro los ojos y levanto el rostro disfrutando de aquellas caricias, ciertamente la experiencia era bastante obvia. —mmmm ciertamente esto es algo que se me podría volver un vicio bastante rápido…esa boquita tuya Lawy es simplemente un lugar bastante oh dios….— no termino de decir aquello pues aquella lengua y esa cálida cavidad le estaban ocasionando placer, y Radamanthys solo se entregaba a ello.

Después de unos momentos dejando que el menor le diera ese placer tan simplemente inexplicable le separo de el. —Mi turno— dijo susurrándole al oído para morderlo en este —la-wy— nombro al contrario con aquel pedazo de carne suave entre sus dientes. Sin perder tiempo Metió la mano en aquellas prendas sintiendo aquel miembro latente, acariciándolo directamente con la mano. —Ciertamente quiero divertirme bastante y darte todo el placer que me pidas— su voz sonaba lasciva y seductora. Sus labios se aferraron entonces a la piel de su cuello, besándolo y mordiéndolo ocasionalmente, dejando que sintiera en su piel aquellos caninos cual colmillos, pero procurando no causarle un dolor que el otro pudiera repudiar.

Se separó de él y abriéndose por completo la camisa dejo ver su cuerpo, que ciertamente era trabajado y cuidado, pese a que parecía que era de mucho esmero y horas diarias en el gimnasio siguiendo una rutina, lo cierto era que solo lo hacia una o dos veces por semana, por la costumbre más que otra cosa. De un movimiento dejo a Law recargado contra el tronco de aquel árbol mientras le bajaba los pantalones y los dejaba de lado junto con los propios. Se sacó la camisa y la corbata la utilizo como vendaje para cubrirle los ojos.
—Simplemente eres exquisito Lawy— dijo para empezar a lamer el pecho ajeno mientras su mano seguía estimulando aquella parte.

Le levanto levemente para pasar su camisa blanca debajo de él, usándola como una sábana improvisada, tratando de darle la mayor comodidad al menor.
Pese a Rada ser siempre el dominante, o como se le conocía comúnmente, el seme, no era propiamente un dominante anticuado, pues gozaba de dar el placer a su pareja al punto de que si se detenía, el contrario pidiera más.

Sus labios y lengua fueron pasando por el pecho ajeno, en el proceso le despojo de su ropa, dejándolo completamente desnudo mientras su mano seguía acariciando aquel miembro. Al llegar a su abdomen su lengua se deslizo, rodeando el ombligo ajeno y al llegar hasta aquel miembro empezó a lamer solo alrededor del inicio de este en la pelvis para bajar un poco más y al momento de levantarle un poco una de sus piernas empezar a lamer su entrada de forma insistente. Su mano acariciaba aquel tronco estimulándole más, de vez en vez su pulgar se aferraba a la punta rodeándola y presionándola.
—sabes exquisito lawy— dijo para de repente pasar, de lo que estaba haciendo, a meterse el miembro ajeno por completo a su boca y empezar a moverse de arriba hacia abajo mientras dos de sus dedos seguían estimulando su entrada. Su mano libre ahora la usaba para acariciar el pecho y abdomen del menor, deleitando su tacto con la piel ajena.

Sus dedos encargados de estimular aquella abertura se dirigieron a la boca de Lawy y acariciaron la comisura de estos, metiéndolos en ella suavemente para que los impregnara de saliva, pues lo que venía a continuación era algo más divertido. Todo esto sin dejar de darle placer con su boca al menor.






Off: Perdona la demora en la respuesta, la temporada de finales me tenía con la soga al cuello u.u

Cuanto más notaba el fuerte aroma de Radamanthys, más sentía que en mi interior comenzaba a encenderse una llama que me invitaba a divertirme mucho más, y veía que poco a poco me dejaba de resistir y me dejaba envolver por su mortífero abrazo, dejándome llevar por la lujuria.
-Me siento halagado. Aunque, tampoco es la primera vez que me lo dicen. -respondí, agradecido, de forma sarcástica mientras seguía lamiendo su miembro, el cual estaba completamente duro, mientras pasaba mi mano de mi entrepierna a mi ano, el cual acariciaba lentamente, pasando mis dedos cerca del agujero que me hacía sentir unas increíbles ganar de sentarme en el "trono" lo antes posible.

Cuando tomó con fuerza, pero al mismo tiempo con delicadeza, mi cabeza para que tragara por completo su miembro, yo me dejé llevar y, como esperaba, conseguí "tragarlo" entero, lamiéndolo de arriba a abajo en el interior de mi boca para seguir saboreando aquél delicioso sabor que me hacía sentir como si perdiera el control de mi mismo, y de mi cuerpo.

En el momento que me alejó de él, me sentí un poco cortado, pero de nuevo volví a encenderme en cuanto se acercó a mi oreja y me la mordió, sintiéndome más acalorado que antes mientras notaba que mi excitación comenzaba a subirse por las nubes de una forma que nunca me pasara antes.
-Solo te pediré... -el notar su mano tocando mi miembro hizo que mi voz se entrecortara y mi respiración se volviera más difícil, algo que consiguió sorprenderme ya que siempre había sido yo el que provocaba eso en el contrario. -...que me hagas sentir de tal manera... que no pueda olvidarlo en la vida. -al notar el contacto de sus colmillos en mi cuello, mi cara enrojeció y mi cabeza se inclinó al lado contrario para que pudiera notar mejor sus caricias y mordidas, las cuales parecían elevar mi excitación una a una.

No fue muy grande la sorpresa al ver el perfecto cuerpo que tenía Rada cuando se quitó la camisa, ya que no era algo que se pudiera ocultar mucho con la ropa que llevaba puesta, pero desde luego me apetecía lamerlo por completo, algo que hice empezando por unos pequeños círculos alrededor de uno de sus pezones y, luego, una corta pero notable chupada para que ambos pudiésemos disfrutar más el uno del otro.
-Desde luego, tu también sabes muy bien... -le comenté entusiasmado al imaginarme la de cosas que podrían venir a continuación, aún así mi sonrisa no desapareció después de que Rada me apoyara en el tronco del árbol y, tampoco, cuando me vendó los ojos con su corbata.
-Si sigues de esta manera no creo que te vaya a aguantar más... -le decía completamente feliz al notar que mi cuerpo se comenzaba a convulsionar, listo para descargarlo todo en cualquier momento. En serio, parecía como si fuera todavía un virgen, pero eso no me disgustó, ya que nunca había experimentado tantas ganas de hacer el acto sexual y, menos todavía, de querer dejarme hacer cualquier cosa con tal de dejar todo mi cuerpo paralizado por el éxtasis.

Mientras notaba como Rada jugueteaba con mi miembro y, al mismo tiempo, humedecía mi entrada de abajo al mismo tiempo que mi entrepierna, arrastré el pie que tenía libre para llevarlo a la entrepierna de Radamanthys y comenzar a acariciar rápidamente su miembro, tocando de vez en cuando sus bolas para que no se sintieran "solas". Cuando noté sus dedos en la comisura de mis labios, rápidamente los toqué con mi lengua y, sin dudarlo, comencé a lamerlos por completo para dejarlo completamente mojadas y así cooperar con el "trabajo" del otro.
-No voy a negar... que estoy disfrutando esto de las oscuras, pero... tampoco quiero acabar tan pronto. -lentamente, me quité la corbata de los ojos, pero dejándolo todavía puesta en mi cuello, para ver el laborioso trabajo que había hecho Rada.
-Un momento... -le dije para que se detuviera un momento y, mientras me lanzaba a sus labios para besarlo nuevamente y jugar con su lengua, dejando que me cogiera por la espalda, comencé a pasar de arriba a abajo mi trasero por el miembro de Rada, el cual notaba escurridizo.
-No te importa que empiece yo... ¿verdad? -le pregunté mientras notaba como una gota de saliva caía por mi boca y seguía restregando mi culo, deteniéndome unos segundos después para comenzar a descender y notar como la punta del pene de Radamanthys empezaba a pasar por mi ano, notándolo apretado y muy grueso, tanto que se me hacía un poco difícil meterlo pero, con una rápida bajada, conseguí meterla por completo y me dejé caer de espaldas, apoyándome en mis manos en el suelo, para quedar frente a Radamanthys para que pudiera ver todo mi cuerpo empapado de sudor y mi miembro goteando sin parar, bajando bastante pre-semen a su miembro.
-Qué bien se siente... tan apretado... -gemía enloquecido mientras notaba como mi cuerpo temblaba y las ganas de comenzar a moverme me invadían por completo.



Off: Como veo que ya estás libre entonces no pasa nada. Ya comenzaba a aburrirme de tanto esperar. xD

Lawy simplemente era un manjar a la vista. Sus caricias eran fascinantes, no le dejaban más que ganas de comérselo de una. Escucho aquello y sonrió picaron para mirar y deleitarse con lo que el pelinegro hacía. El roce de su culo sobre aquel gran y viril miembro era algo que simplemente le estaba más que fascinando. Como deseaba tomarlo y ensartarlo de una sola y abusar de él fervientemente…Pero había otras formas de darle placer al chico y con eso, dárselo el mismo. Miraban directo a los ojos y sonreía esperando con ansia ver que era lo que el otro estaba a punto de hacer mientras ese frote de su culo contra su miembro era más que gratificante.
Law pregunto aquello y Rada simplemente negó con la cabeza —Cuando tú quieras Lawy— dijo como respuesta a esa interrogante de ser el que empezara.

Sin duda aquel roce lo tenía más que deseoso, pero entonces sintió como su miembro empezaba a abrir el interior ajeno y sonrió satisfecho, para ser un chico que parecía tener mucho sexo casi obligado, Rada se sentía bien de ver el rostro ajeno y notar que lo estaba disfrutando. Sin darle tiempo de reaccionar, el miembro del blondo invadió aquella cavidad de golpe, haciendo que Radamanthys soltara un gemido de placer al sentir la brusquedad de aquella acción. Sus ojos se deleitaron con el cuerpo ajeno, desnudo, a su merced, clavado en el propio.

—Oh Lawy…— susurro mientras le tomaba de las caderas y sonreía de forma complacida y un tanto lujuriosa —No pienso dejarte hasta que estés satisfecho— sentencio para empezar a lamer los pezones ajenos alternadamente mientras empezaba a mover sus caderas, sacando su miembro del contrario casi por completo, solo dejando la punta dentro y meterlo de un movimiento firme y fuerte —ohh esto es simplemente embriagante…—

Sus dientes apresaron un pezón ajeno mordiéndolo de forma insistente, clavándole los caninos con algo de fuerza pero no la suficiente como para lastimarlo, era una mordida estimulante.
Su gran miembro entraba y salía de forma cada vez más rápida y con mayor ritmo en el menor mientras su lengua lamia aquel pecho y subía hasta su cuello, para lamerlo, besarlo, mordisquearlo —ohhh Lawy quiero marcarte— dijo en una sonrisa pícara y jadeos de placer. Mirar el rostro ajeno era un deleite visual y le excitaba bastante, el cuerpo de chico ciertamente era un manjar a la vista y de cierto modo imaginaba que había sido uno de los chicos más solicitados.

Su lengua bajo hacia si pecho de nievo y entonces sin previo aviso le miro de reojo para al ver su boca y besarle apasionadamente, un beso en el que su lengua se mantenía quieta, no invadía la otra, al contrario de los besos llenos de lujuria que solía dar, este era más bien apasionado más que lujurioso, sus ojos se cerraron para disfrutar más de aquel beso, casi como el que los amantes se dan al hacer el amor. Aun así sus caderas no dejaban de moverse, penetrando de forma rápida y fuerte al contrario, sin tregua, deseaba destrozarlo, satisfacerlo…Entonces lo noto, ese aroma, el aroma que le decía que Law no era de todo ¨humano¨ le llego a la nariz. En otro caso hubiese soltado algo sucio pero esta vez no le importó, solo quería hacerlo suyo y deleitarse con el…y sabía que no sería una sola vez.

Una de sus manos subió para tomarlo de su nuca y con la otra le seguía sosteniendo de la cadera. Solo se separó de aquellos labios cuando la necesidad de aire fue ya necesaria para él, dejando un pequeño hilo de saliva uniendo sus labios.
Sus ojos ámbar miraron fijamente a los de Law y mientras seguía tomándole de la nuca sonrió —que pasaría si solo te quiero para mi Lawy?— Pregunto mientras su mano bajaba por su hombro, a su pecho, acariciando su abdomen, sin detener sus penetraciones para sujetar el miembro ajeno y empezar a estimularle mientras seguía penetrándole —Que pasaría si te digo que no quiero que nadie más te toque? Que nadie más te bese, que nadie más te destroce por dentro más que yo?—

Rada era posesivo en exceso en ciertas ocasiones, esta era una de ellas, no era de los que tenían un favorito, pero Law tenía algo que a Radamanthys simplemente le había fascinado, a saber que era, solo el blondo lo sabía, pero por ese hecho, quería que Lawy pasara a ser de su propiedad, incluso pagaría por el de ser necesario…al menos eso le paso por la cabeza.

—Demonios, estas más que apretado! Tu interior me succiona de una forma que no deseo dejar de sentir— dijo para tomarle subir sus manos a su espalda y jalarle hacia el, dejándolo recargado contra su pecho, y cargándolo, poniéndose de pie. El peso del chico era nada en ese momento.

Lo recargo contra el tronco del árbol para tomarlo de las nalgas y empezar a penetrarlo, haciendo que su grande y grueso miembro entrara más a fondo en él, subiéndolo y dejando que el propio peso del menor y la gravedad hicieran el resto a la hora de que este bajara.







Off: Me disculpo de nuevo, esta semana ha sido esclavisante, pero ya sali de vacaciones asi que ya contestare diario~

Era increíble. La sensación de tener algo tan duro que tiembla y me llena por dentro es algo que nunca experimenté, y ahora no podría ser capaz de expresar lo que sentía, pero sí que podría afirmar que no querría dejar de sentirme así. Cada vez que me nombra, no puedo evitar enrojecer, un poco avergonzado, pero sobre todo cuando comienza a embestirme con fuerza, y con una fuerte pasión, y lamer mis pezones, impidiéndome mover por el placer que me estaba dando aquello.Coloco mis brazos al rededor de su cuello, dejando una de mis manos sobre su cabeza para impedirle que dejara de hacerme sentir así.
-No sabes... cuánto me alegra oír eso. -le contesto, forzadamente, mientras sigo respirando con dificultad y dando saltos sobre sus piernas para conseguir que su miembro llegue más adentro, haciéndome notar apretado mientras parecía como si chupara hacia dentro de este.

Desde luego, esta ocasión no podría compararse con todas las veces que tuve que atender a alguno de mis clientes: todos me trataban como si fuese un objeto para satisfacerles a ellos solos; pero esta vez era distinta. Podía sentir como Rada buscaba satisfacerme a mí también, algo que estaba consiguiendo de tal manera que ya comenzaba a dudar si llegaría a sobrevivir con tanta pasión que recibo de sus embestidas, aunque no me importaría morir si fuera así.
-¿Entonces a que... estás esperando? -le pregunté, bajando la vista hacia él justo cuando paraba de lamerme el cuello, cuando mencionó lo de marcarme. Aunque no disfrutaba de las heridas y de la sangre, no me quejaría en ese momento si Rada quisiera morderme o arañarme.

El beso que vino sin previo aviso se sintió también totalmente diferente del resto; este, a pesar de sentirse bastante posesivo, lo hacía sin forzarme, con delicadeza y, al mismo tiempo, un poco fuerte. Casi sentía como si fuera a perder el conocimiento de la calor que sentía en todo su cuerpo, y era algo que no podía entender, ya que el ser un Absolute significaba no agotarse en tan poco tiempo, pero ahora mismo podía sentirme como si fuera a derretirme como un cubito de hielo en medio del desierto.

Entonces, llegó la mayor sorpresa: aunque no era una confesión de amor, casi me parecían lo mismo. Aunque muchas veces varios de mis clientes me decían que deseaban tenerme para ellos solos, yo siempre los rechazaba con cualquier excusa que se me ocurría; aunque hubiese querido aceptar a alguno de ellos, sabía que mi familia no lo aprobaría a menos que esa persona tuviera una gran fortuna en sus manos. A pesar de saber que no dejarán a Rada tenerme, por alguna razón, de mis ojos comenzaron a derramarse pequeñas lágrimas. A pesar de estar llorando, no puedo evitar sonreír de alegría y, sin apartar la mirada de sus ojos, contesto:
-Entonces... seré todo tuyo... -sabía que no sería posible, que nunca podría suceder, pero en ese momento no quería acabar aquél momento tan importante, por lo que decidí no seguir hablando. Mi rostro se acercó al de Rada lentamente y, tranquilamente, le besé.
-Quiero ser tuyo... Quiero seguir sintiéndome así... -las fuertes embestidas me impedían seguir hablando, pero no me importó. Más importante, no podía dejar de sentir como si cada vez apretara más fuerte su miembro dentro de mí, y eso me hizo gritar de placer.

Cuando me coloca contra el tronco del árbol noto como su pene llega más adentro de mí, haciéndome notar como toca algo que hace que me recorra un escalofrío por la espalda, pero no me importó. Agarrándome con mis brazos y piernas al cuerpo de Rada, dejé que me embistiera tan fuerte como quisiera, mientras que yo gritaba una y otra vez con cada embestida.
-No... puedo más... -le avisé de que sentía como pronto dejaría salir todo. -Por favor, hazlo... dentro... -no sabría si me entendería, pero quería que Rada me llenara más por dentro con su esencia. Así, seguro que podría seguir sintiéndolo después de acabar.

-Te.. quiero...

Off: De acuerdo.

Escuchar aquello no era algo que necesitara para tenerlo solo suyo, lo haría solo suyo, así tuviera que pasar por quien fuera, si el dinero era la cuestión, tenía hasta para meterles por el culo a quien fuera.
Su boca se posó en su cuello y le dio un chupetón, dejando una marca en su cuello para pasar a su hombro y morderlo, marcándole los dientes, si bien no le iba a lastimar demasiado, uno de sus colmillos rasgo un poco la piel ajena. Después de hacer aquella marca se dedicó a lamerla y besarla
—Ahora me perteneces solo a mi Law —

Sin dejarlo esperando, al escuchar esas palabras suplicantes que le pedían le llenara de él simplemente sonrió.
Aquel ¨Te quiero¨ fue algo que le sorprendió pero solo las respondió besándolo de forma apasionada, de manera un tanto cariñosa, un tanto posesiva, y muy pero muy recelosa, como queriendo borrar con frenesí las huellas de otros labios. Quería que su cuerpo borrara los recuerdos de otros cuerpos del pasado y no permitiría que nadie, absolutamente nadie más lo tomara.
A saber cómo le haría para impedir que le vendieran mientras encontraba la manera de tenerlo para él solo, pero seguro se agarraba a golpes con cualquiera que le tocase.


El mismo no podía contenerse más, era simplemente como si el interior del otro le obligase, con tanto placer otorgado a su miembro, se vaciara dentro de él.
Sin pedir más, profundizo su beso hacia Law y le abrazo replegándole más a él, soltando su miembro, para que este se rosara directo contra su abdomen desnudo y no perdiera estimulación, le penetro casi frenético, como si de eso dependiera el resto de su vida, como hacia muchísimo no se lo hacía a nadie. Le tomo fuertemente y en una última estocada se corrió llenando el interior de Lawy, su semen salió expulsado a gran presión, en gran cantidad, tenía rato sin nada de nada así que había mucho acumulado más aparte la cantidad que tenía que producir a diario, por ende un poco salió de la comisura del ano de Law.

Aun estando ya corrido su miembro seguía un tanto duro dentro del miembro de Law, ciertamente le parecía que se había venido algo pronto comparado con otros casos, pero no le importó realmente por que el menor había logrado en todo momento mantenerlo complacido. Se separó de el sin salir de su interior mirándole a los ojos, para seguir sujetándole a el.

—Eres solo mío Law….mi Lawy y solo mío y entiéndelo bien, nadie más puede tocarte, acariciarte y no volverán a venderte— dijo entre jadeos mientras sus orbes naranjas le miraban fijamente y daba otras cortas estocadas más aprovechando lo sensible que ambos estaban —Te tomare cuando quiera, como quiera, donde quiera y a la hora que quiera entendiste?—

Si, aquello había sonado literal, y lo era, pero no lo decía por mera lujuria, Rada era un hombre de pocas palabras y directas literales, pero aun así también era un hombre que sabía cómo enamorar a otro, si Law le había dicho que le quería entonces él se encargaría de que le dijera aquella palabra que lo haría aún más suyo y de nadie más aún.

—Así que prepárate, porque no me pienso medir, ni aun en la escuela…— Le volvió a besar para salir lentamente de él y recostarlo en el suelo, sobre su camisa blanca que ahora era entre color verde y café por el césped y la tierra. Sus labios besaron aquellos labios —no tendrás mas huellas que las mías…— Empezó a besarle por las mejillas, el cuello, el mentón, los hombros, mientras sus manos acariciaban su pecho y abdomen, acariciándolo con desenfreno, con clara posesividad y claramente dejando sus caricias en el cuerpo ajeno —Yo borrare toda huella que tengas que no sea mía….nadie más, absolutamente nadie—le miro de reojo mientras sus dientes atrapaban su pezón y sus manos se deslizaban por las piernas ajenas acariciándolas de forma delicada y cálida —puede tocarte…—

Cada vez era mayor la sensación de que la mente se me nublara, como si los pensamientos dejaran de aparecer. El beso de Rada hizo que la sensación se hiciera realidad, ya que me sentía como si todo lo de mi mente fuera absorbido por sus labios, dejándome solo aquellos pensamientos en los que estaban Rada.

A pesar de que soltó mi miembro, el contacto con su cuerpo no dejó de hacerme sentir genial, llegando el momento en el que, sin poder evitarlo, libero todo lo que tengo justo cuando Rada hace lo mismo, dentro de mí. A pesar de que sentía como mi interior se llenaba con algo caliente, notaba mi cuerpo enfriándose lentamente hasta alcanzar una temperatura normal. Fue tanto mi agotamiento que me dejé caer frente a Rada, apoyándome en él, mientras intentaba tomar el suficiente aire para no perder el conocimiento en ese momento.

Las palabras de Rada, a pesar de que las sentía como si hablara de un objeto suyo, me alegraron. La felicidad que estaba sintiendo era algo que nunca había sentido en la vida, y por nada quería apartar la mirada de sus ojos, pero las pequeñas estocadas que me dio en ese momento me hicieron reaccionar y, de nuevo pero en menor cantidad, expulsar semen el cual llega hasta el cuello y el rostro de Rada. Antes de que dijera nada, comencé a lamerlo para limpiar su rostro y, luego, el cuello.
-Con mucho gusto seré todo tuyo... para lo que quieras. -sonreí mientras me relamía los labios, los cuales sentía algo secos, antes de que me dejara llevar nuevamente por los besos y caricias de Rada que, poco a poco, me ruborizaban lentamente y hacían que mi miembro se pusiera un poco duro otra vez.
-No quiero que nadie más lo haga. -le contestaba mientras dejaba que siguiera tocándome todo el cuerpo mientras yo colocaba una de mis manos en su espalda y la otra sobre su cabeza, notando su pelo de lo más suave.

Cuando Rada llevaba un rato con las caricias, yo le hice una señal para que se irguiera y se sentara, entonces sonreí y me acerqué a su miembro, el cual me sorprendió al ver que todavía seguía tan duro. Poco a poco, comienzo a lamerlo por todos lados, tragando en el proceso el semen que había quedado sobre él. El sabor nunca resultaba agradable, pero el de esta vez tenía un pequeño gusto que casi podría decir que lo hacía adictivo. Al terminar de limpiarle, tanto el miembro como su pecho, me inclino en frente suya sin soltárselo.
-¿Desea hacer algo más, amo? -mi cuerpo todavía estaba dolorido por lo de antes, pero no tendría ningún problema en continuar si así quería Rada.

Aquellas acciones eran simplemente algo deliciosas. De la nada sintió como el menor se vino, manchándole, sonrió con picardía al sentir como ese líquido blanco se escurría por su mejilla y cuello, vaya presión que tenía.

Después de todo aquello, Law le pidió sentarse y detenerse, lo hizo solo para ver como este le limpiaba su miembro, acaricio la cabeza del otro y cuando ello aquella palabra levanto una ceja —Amo?— no pudo evitar reír a carcajada abierta llevando sus manos hacia atrás, apoyándose en ellas, y riendo divertido, como si Law hubiese dicho el mejor chiste del mundo —No me compares con esos idiotas que te piden decirles así, ni quiero que me lo digas Lawy— le observo para tomarle del mentón con una mano y con la otra atraerlo hacia el para dejarlo pegado a su cuerpo, abrazándole de la cintura y seguir sosteniendo su mentón con aquella mano —Rada….Eso quiero que me digas, Radamanthys o
Rada, soy tu dueño Law, pero no de esa forma…— menciono para sonreírle de forma pocara y muy divertida —No necesito que me digas amo para saber que me perteneces entendiste, ahora muerde…— le dijo señalando el hombro propio —tu eres mío, pero creo injusto que seas el único marcado no crees?—


Después de aquello sonrió y le miro para despeinarle con la mano —Lawy es mío y nadie más puede tocarlo…— le abrazo posesivamente, de forma muy posesiva y recelosa contra su pecho mirando a otro lado con un tenue sonrojo, casi imperceptible, en las mejillas —Pienso comprarte entendiste? No creo que nos libremos de esos idiotas solo marcándote como de mi propiedad….pero antes de comprarte—

Que le pasaba a Rada? Ni el mismo comprendía porqué quería tenerlo con tantas ansias, tal vez un simple capricho….pero no podía serlo pues la pregunta que le había hecho no era para un simple capricho —Quieres salir conmigo?— pregunto mientras le volteaba a mirar a los ojos, clavando sus orbes ámbar en los contrarios —Tener una cita conmigo…supongo que has tenido alguna, pero quiero…quiero que salgamos al cine o a donde te plazca, el lugar y el costo no son problemas para mi…veras— le sonrió de forma altiva —Tienes frente a ti al único heredero de los Wyvern, una de las familias británicas más poderosas y ricas del mundo— sonrió, jamás había sido de los de presumir eso, pero simplemente le nació hacerlo.

—Que dices? Si o no?— pregunto mientras seguía abrazándole de aquella forma, sin querer separarse de él. Entonces, acomodándole, dejo que ambos miembros se rosaran mutuamente, para bajar su mano y tomar ambos, para subir y bajar su mano sobre ellos, haciendo que el otro sintiera el insistente rose y presión de su miembro sobre el propio

A pesar de estar acostumbrado a decir la palabra amo con mis clientes, y sabiendo que era una gran tontería, me molestó un poco que se riera, aunque también sentí como si me quitaran un peso de encima al decirme que no le llamara así.
-No tengo ningún problema en ser el único marcado, pero así lo quieres... -me acerqué lentamente a su hombro, el cual comencé a besar y lamer lentamente antes de darle un pequeño mordisco, con el que le dejo unas pequeñas marcas de los dientes en él.
-¿Quieres algo más? -le pregunté mientras me alejaba y lo miraba a los ojos con mi sonrisa de siempre, esperando que me dijera algo más pero, en vez de eso, vi como me abrazaba con fuerza, casi como si no quisiera que me escapara o algo, pero no lo rechacé. Aquél abrazo se sentía muy bien, muy acogedor, tanto que casi podría dormirme tranquilamente junto a él e, incluso, no tener pesadillas.

Cuando me dice que piensa comprarme, no puedo evitar sentir un escalofrío recorriendo mi espalda. Aunque la idea me gustaba, el pensar en mi padre me helaba la sangre que casi podía sentir como si estuviese muerto. Lo que más me preocupaba es que fuera a aceptar la oferta de Rada, fuera cual fuera, ya que ese hombre pedía muchos requisitos, entre los cuales en primer lugar sería que mi comprador me eligiera como marido para alguna de sus hijas o, en todo caso, un hombre con una gran fortuna en sus manos con la que pudiera pagar bastante dinero.

Entonces, llegó una pregunta que no pensé que me haría: ¿Quieres salir conmigo?. Parecía como si cada rato que pasaba con Rada mi felicidad aumentara, aunque mi rostro mostrara más asombro que felicidad. Entonces, volviendo a sonreír, contesto:
-Nada me haría más feliz. Después de todo, será la primera vez que tenga una. -mis ojos no apartaban la mirada de los suyos, ya que nada me obligaba a hacerlo y porque el color de estos era de lo más bonito. Entonces, me sorprende diciendo que es el heredero de una de las familias británicas más ricas y poderosas del mundo. Desde luego, eso podría asegurar el que cumpla uno de los requisitos de mi padre, aunque aún quedaban otros por resolver.

Noto como nuestros miembros comenzaron a tocarse y como Rada bajaba su mano para comenzar a estimular. Con una sonrisa y un leve rojizo me acerco a su rostro para besarle un rato, deteniéndome luego para decirle:
-¿Te apetece seguir dónde lo dejamos? -me relamí un poco, aún notando el sabor del semen de Rada en mi boca, el cual me excitó más mientras comenzaba a moverme hacia delante y hacia detrás, haciendo que el contacto entre ambos fuese mayor.