1. ¿Qué se te pasa por la cabeza...? {Libre}

por **Reisi Munakata** Mar Mar 04, 2014 3:17 pm

Tomó una profunda bocanada del cigarrillo, dejando escapar el humo por la nariz, pensativo. Había decidido salir en el descanso entre clases para despejar su mente en soledad aprovechando que el día se encontraba encapotado: nadie salía cuando el cielo estaba gris, cubierto por espesas nubes negras. Más o menos como siempre se encontraba el humor de Reisi.

Tiró el cigarrillo al suelo tras la última calada y lo pisó con uno de los zapatos del uniforme, dejando un leve rastro de ceniza impregnando el suelo de la azotea. No se permitía fumar, como en toda institución normal, pero lo cierto era que aquello lo relajaba... y en aquel lugar el olor desaparecía gracias al viento: el problema era que, por simple precaución, siempre debía acabar antes de tiempo. El humo salió suavemente entre sus labios, mientras apoyaba la cabeza en la verja de alambre que evitaba cualquier caída estúpida desde aquella altura. Una caída estúpida… porque si alguien realmente quería tirarse, podía sacar medios de donde fuese necesario, y eso él lo sabía muy bien, como indicaban las cicatrices de sus tobillos.

Revisó su móvil, esperando que hubiese algún tipo de mensaje que lo requiriese, pero no hubo suerte: la bandeja de entrada estaba vacía. Apretó los labios, irritado, a sabiendas que, sin contar con un trabajo que lo distrajese, que lo ahogase, la noche sería larga y desagradable. Últimamente, al host lo acosaban las pesadillas que lo mantenían en vela gran parte de la noche… y tampoco le agradaba tener que ir a mendigar somníferos como un pordiosero a la enfermería. Tampoco quería que nadie supiese de sus problemas: por algo eran suyos.

Enredó los dedos en la alambrada y suspiró, cerrando los ojos con gesto meditativo, escuchando en la lejanía tronar. Se estaba acercando una tormenta.

-Qué propio –musitó, sonriendo de aquella manera que lo caracterizaba, pensando que lo mejor sería regresar por donde había venido. No pensaba regresar a la clase, tanto ruido lo irritaba, y tanta conversación estúpida también. ¿Quizás podría ir a retomar la lectura que había dejado en su cuarto…? Sacudió la cabeza, diciéndose que era imposible que le diese tiempo a regresar para la siguiente clase… y esa le interesaba.

por **Seth Owens** Miér Mar 05, 2014 2:55 pm

El joven alumno de segundo subía las escaleras hacia la azotea de forma atropellada. En realidad ni siquiera se fijaba por donde andaba, tan solo huía todo lo rápido que le permitían sus piernas. ¿La razón de semejante acto? Había tirado -según él, de forma accidental- agua por encima a un alumno de cuarto que se burlaba de él y había tenido que salir corriendo antes de que le atrapase y tratara de meterle una paliza por sus actos. Realmente no le había dado muchas vueltas antes de hacerlo, tan solo se había dejado llevar por sus infantiles instintos. Y así de mal había acabado, como casi siempre.

Así pues, paró frente a la puerta de la azotea, abriéndola de golpe. Fue entonces cuando se dio cuenta de dos cosas: la primera, una vez llegado arriba del todo, ya no tendría a donde huir, así que estaba perdido si el mayor encontraba su rastro; y segundo, no estaba solo, así había más posibilidades de que le delatasen.
Aunque la cara del moreno le sonaba. No tardó mucho en recordar de qué y se sintió un poco más seguro.

Se paró en la puerta, aún jadeante. Si hubiera estado menos agotado, posiblemente hubiera reído, quizás no de forma alegre, pero sí soltado su característica risa, mas ya no tenía fuerzas ni para eso. Cerró la puerta de la azotea con cuidado de no hacer ruido alguno para atraer la atención y entonces se inclinó hacia delante, apoyando las manos sobre sus rodillas mientras bajaba la cabeza, tratando de normalizar su respiración después de semejante carrera. Sin embargo, no se dio mucho tiempo de descanso y rápidamente se puso recto, acercándose hacia la verja aunque manteniendo siempre una prudente distancia de un par de metros con la otra persona en la azotea.

Poco a poco, su respiración se había ido normalizando y, mientras miraba hacia el exterior, se dio cuenta de que aquello era una auténtica cárcel. Desvió la mirada hacia el de ojos azules, dedicándole una leve sonrisa.— Reisi Munakata. —Saludó con su tono de voz suave, casi sonaba infantil, ya sin rastro de cansancio alguno.— Pensaba que el alumno modelo no salía a la azotea~. —Dijo alegremente, sin segundas intenciones, solo quería darle conversación al otro.

por **Reisi Munakata** Jue Mar 06, 2014 10:39 pm

La llegada del joven no le pasó desapercibida. Fue capaz incluso de escucharle subir las escaleras atropelladamente hasta la azotea. Le miró de reojo, aún de cara a la verja y suspiró, pensando que la tranquilidad se había roto por aquel momento.

Tardó unos instantes en reconocer aquel rostro, y en cuanto lo hizo se giró para quedar de cara a él, subiéndose las gafas para asegurarse de que su miopía no le hubiese jugado una mala pasada. Correcto: Seth Owens… el archivo mental de Reisi Munakata no tardó en detallarle toda la información que tenía de aquel chico: también acudía a las clases especiales. Concretamente, pertenecía al grupo de los Host, al igual que él… No se sorprendió que, a pesar de que fuesen compañeros, tuviese tan poca información sobre él.
La mayoría de las veces no se animaba a entablar una amistad profunda con nadie. Por no decir que nunca lo había hecho.

-Solo disfrutaba del tiempo entre clases –resumió, subiéndose las gafas y entornando los ojos, manteniendo la sonrisa que no expresaba nada. Hundió las manos en la chaqueta del uniforme-.Eso no es ningún crimen después de todo

Se encogió de hombros, inspirando hondo y entornó los ojos, mirándolo de arriba abajo, preguntándose qué tipo de clientes solicitarían los servicios de alguien como el señor Owens. Los de Reisi solían ser personas con clase y cierto estátus social, de hecho solía recibir algún que otro regalo de un admirador. No los rechazaba: los consideraba un gasto innecesario de dinero y… bueno, un mal comportamiento. Un gesto de mal gusto…

Aunque bueno, pensándolo seriamente: con lo que tenía que tragar a veces (tanto literal como metafóricamente) de aquellos hombres, bien merecidos se tenía esos regalos. Acarició con la yema de los dedos el último encendedor que le habían obsequiado y suspiró.

-¿Y qué es de ti…? Te ves sin aliento, Owens… -alzó una ceja, manteniendo la sonrisa.

por **Seth Owens** Sáb Mar 08, 2014 9:58 am

Claro que no era un crimen disfrutar del tiempo entre clases, pero la gente solía salir a los patios en lugar de subir a la azotea, no era el lugar más indicado para estar, quizás. Tampoco era como si le importase lo que en realidad hacía el mayor después de todo, había roto el hielo para que no se instaurase un tenso silencio, eso era todo. ¿O no? Esa preguntita asaltó su mente durante unos instantes, pero... ¿qué diablos? No conocía de nada al mayor y tampoco tenía especial interés, nunca lo había tenido y no era el momento para empezar a tenerlo, resolvió mentalmente.

Esbozó de nuevo una gran sonrisa y soltó la verja, dándole la espalda a esta misma para apoyarse en ella, ya totalmente relajado, especialmente al no escuchar sonido alguno proveniente de las escaleras. Estaba concentrado en eso hasta que escuchó la pregunta de Reisi, volviendo a desviar la mirada hacia el otro un tanto perplejo por aquella pregunta. Dudó sobre si contarle o no la verdad. Por un lado, mentir no le serviría de nada, por el otro, si le contaba la verdad quizás le delatase. Aunque prefería arriesgarse antes de que se comenzase a formar una historia inútil.

—Me estaban persiguiendo en un intento de deformar mi más que hermoso rostro. —Explicó vagamente, llevándose una mano a la cara para dedicarse a sí mismo una caricia en la barbilla.— Así que me fui de ahí antes de que lo consiguieran, evitándome el acabar en la enfermería durante un par de días, creo. —Lentamente, fue haciendo más pequeña su sonrisa, aunque no dejó el gesto, que cada vez se tornaba más falso.— Aunque aún están a tiempo de pillarme y darme una paliza, supongo.

Ciertamente, aún estaban a tiempo de pillarle. ¿Pero lo harían? Lo dudaba seriamente. Antes preferiría poner a Reisi entre su agresor y su propio cuerpo. Sabía que eso no era algo que debiera decir en voz alta, pero tampoco iba a negarlo si se lo preguntaban, no iba a tener tacto con nadie si no se encontraba trabajando. Por no decir que, seguramente, tampoco tendría tacto trabajando si su supervivencia no dependiese de ello.

Apartó cualquier pensamiento de su mente, vaciándola de todo problema como hacía siempre para poder sonreír de nuevo, esta vez sin que el gesto aparentase ser falso.— En cualquier caso, no quiero que me encuentren aquí, no tendría por dónde huir. Subir fue una mala elección. —Finalizó, clavando su mirada en la puerta, la cual seguía cerrada... aún.

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